La maldición del contable

Juan Antonio Nicolay 03/07/2014 15:01

"Las facturas no respondían a servicios realmente prestados…". "El coste de los eventos fue notablemente inferior al importe recibido de los organismos públicos...". Se contrataban empleados “para obtener beneficios fiscales" y "el dinero que supuestamente se pagaba a esos empleados simulados se lo terminaban repartiendo" Urdangarin y Torres.

Es palabra de contable, que revela además que Aizóon (la sociedad a medias de Urdangarin y la infanta) "carecía de infraestructura personal (…) tenía por finalidad desviar a su favor los fondos".

Tejeiro habla también de los eventos por los que los gobiernos de Mallorca y Valencia pagaron casi seis millones de euros, y reconoce que hubo casos en los que "no se desarrolló labor alguna pese a ser contratada al efecto y recibir su remuneración”; que “jamás se hicieron presupuestos detallados y analíticos”; que muchas veces "se empezó a trabajar con anterioridad a la firma del correspondiente convenio".

La confesión de Tejeiro sí admite que Torres evadió dinero al extranjero, lo que no le consta en el caso de Urdangarin.

En todo caso, les atribuye a ambos "poder de decisión absoluto y un control total laboral, fiscal, contable y financiero" de la trama. De la infanta, ni palabra.