Gemma Montull asegura que "Millet era el jefe supremo" y el resto cumplía órdenes

EUROPA PRESS 08/03/2017 16:13

La exdirectora financiera del Palau de la Música Gemma Montull ha asegurado este miércoles, en su declaración como acusada en juicio, que el entonces presidente de la institución, Fèlix Millet, era el "jefe supremo", que lo controlaba todo y que el resto de cargos y trabajadores se limitaban a cumplir sus órdenes.

"Controlaba absolutamente todo lo que allí pasaba. Tenía a su mano derecha, Jordi Montull, mi padre, que era quien le ayudaba", ha respondido en su interrogatorio a preguntas del fiscal anticorrupción Emilio Sánchez Ulled, emocionada y entre lágrimas en momentos de su declaración, en un juicio en que se enfrenta a 26 años de cárcel.

Ha explicado que en su tarjeta figuraba que era directora financiera pero no tenía autonomía, igual que sus compañeros en el Palau, e incluida la directora de la institución para promoción y marketing, la también acusada Rosa Garicano: "Poder de decisión no teníamos ninguno".

Gemma Montull ha descrito que en esa época Millet era considerado una persona honorable para todo el mundo y que le atendían "todos los gobiernos".

Entre lágrimas ha negado quedarse 3 millones de euros como le acusa el fiscal: "No me he quedado ni un solo euro del Palau de la Música Catalana. Esto es doloroso para mí y para mi familia porque se me ha atribuido el robo de tres millones de euros que en ningún momento me he llevado".

También ha aludido a los 23 millones que, según el fiscal, se extrajeron irregularmente en efectivo del Palau de 2000 a 2009: "Creo que esas cifras son superiores a lo que podría ser real" ya que se pagaban muchas cosas en metálico, como los viajes de los coros.

En cambio, considera posibles las cantidades de las que se apropiaron Millet y Montull --más de 7 millones el primero y 1,3 el segundo--: "Pueden ser cifras razonables".

Gemma Montull --que ha dicho que iba "a colaborar en el esclarecimiento de los hechos"-- ha explicado que entró a trabajar para la institución en diciembre de 2003 en el departamento de contabilidad y que en 2005 la hicieron directora financiera aunque sus funciones no cambiaron, cobrando unos 70.000 euros anuales.

Según ella, la estructura directiva del Palau la construyó Millet "a su propia medida y criterio pensando que era lo mejor para el Palau", aunque lamentablemente se ha visto que después había otro tipo de interés, ha añadido textualmente.

"PERO ES MI PADRE"

Ha admitido que no hizo reproches a su padre ni a Millet pese a descubrir que se adjudicaron un 'bonus' de un millón de euros anual --repartido al 80-20%--, y que ambos consideraban que lo merecían porque creían en el "Yo lo valgo", aunque ella no ha querido valorar si ellos lo merecían o no.

"Las irregularidades las hacía mi padre, pero es mi padre", ha admitido entonces entre llantos, al preguntársele por qué no hizo nada al ver sobresueldos.

Sobre las obras suntuosas en las casas de Millet y de su padre, que hicieron las mismas empresas que hacían trabajos para el Palau, ha asegurado que descubrió que las había pagado el Palau una vez estalló el escándalo: "Para mí era opaco poder saber que eso era así".

En cuanto a las obras en su propia casa, ella ha recordado que es hija única, que su padre le preguntaba si quería alguna reforma y que ella jamás habló con los industriales ni les pagó: "Lo hacía mi padre".

Ha dicho que se sacaba dinero de la entidad en efectivo; mayoritariamente, de la Associació Orfeó Català, porque no necesitaba estar auditada como tal, y no se pidió declararla de interés público --aunque eso hubiera comportado exenciones fiscales-- precisamente para mantener esa "opacidad".