En un desayuno informativo organizado en Madrid por Executive Forum con la colaboración de OHL, el embajador sueco ha recordado que él estaba en España durante el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 y ha confiado en que el diálogo se imponga. "Esperamos que haya un camino hacia el diálogo entre las dos partes", en el que la Constitución sea la guía para buscar la solución, ha asegurado el representante diplomático sueco, según informan en un comunicado los organizadores del acto.
Wide se ha referido a la situación económica de su país y ha destacado que el desarrollo del modelo de sueco se está basando en el equilibrio ecológico y en la cohesión, lo que le ha permitido un crecimiento estable incluso en los momentos de crisis en el resto de Europa.
Esta prosperidad se manifiesta en la estabilidad del mercado laboral, el crecimiento de los suelos en términos reales y el aumento de las inversiones y exportaciones, entre otros factores, según ha explicado.
Con respecto a los retos que se plantea su país, el embajador sueco ha dicho que hay dos desafíos clave: la cualificación de los profesionales y la integración de los inmigrantes en el mercado laboral.
Sobre las relaciones con la Unión Europea, el embajador ha declarado que en Suecia son "muy amigos de la UE" y "no hay euroescepticismos". En esta misma línea, ha asegurado que el Brexit plantea "grandes problemas" pero ha confiado en que las negociaciones con Reino Unido "sigan adelante".
También ha señalado que su país, por el momento, no tiene intenciones de incorporarse a la Eurozona, si bien ha pronosticado que a largo plazo terminará haciéndolo.
Sobre las relaciones comerciales entre España y Suecia, el embajador ha explicado que su país presenta oportunidades de inversión en sectores como los de infraestructuras, tecnología o manufactura.