El asunto se encuadra en los malogrados proyectos de aparcamiento adjudicados en 2006 por el Ayuntamiento de Sevilla a la empresa Aparcamientos y Equipamientos ('Equipark'), rebautizada después como 'Resipark' y declarada en concurso de acreedores allá por 2012, en el marco del fracaso de esta iniciativa.
Porque aunque la empresa consumó en gran medida la construcción de uno de esos proyectos, el del estacionamiento subterráneo planeado en la plaza Rafael Salgado, en Bami, la empresa y el Ayuntamiento entraron en conflicto al ser concedidos varios de estos proyectos de construcción y explotación de las infraestructuras en suelos de titularidad privada.
A partir de ahí, la empresa, declarada en 2012 en concurso de acreedores, reclamó la nulidad de los contratos adjudicados y la correspondiente indemnización, derivando el conflicto a los tribunales.