El Tribunal Supremo define los tipos sexuales como "laberínticos, excesivamente casuísticos y con defecto de origen", dijo ayer el ministro de Justicia, Rafael Catalá, que abogó por “reformar el Código Penal y escuchar a Naciones Unidas, al Parlamento Europeo, a asociaciones de mujeres y a psicólogos y psiquiatras que han dicho que tenemos que revisar la orientación de la legislación para proteger a las mujeres".
“No son las leyes las que dicen si una víctima ha tenido regocijo o jolgorio, no son las leyes las que dicen si una víctima cerró o no bien las piernas. No son las leyes, es la cultura, es la formación y la sensibilización y en eso hay que seguir trabajando. Hay que seguir trabajando para que el lenguaje nunca humille a la víctima”, sentenció ayer Catalá en el Senado.
Hoy, en respuesta a la portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Irene Montero, que le ha pedido la dimisión por decir que la sentencia de La Manada es un “problema individual de un juez”, Catalá se ha mostrado convencido de que “hay que cambiar leyes y adaptarse a la realidad social, cambiar comportamientos y cultura y exigir ética en la aplicación de las reglas”.
“Si a una mujer cinco personas le roban el móvil, nadie va a dudar que ha habido intimidación. No es un tema de leyes, sino de cultura y en eso vamos a trabajar desde la formación. Hay mucho camino y algunas sentencias ponen de manifiesto que hay mucho camino por delante”, ha concluido el ministro.