El presidente de la AMC, Miquel Buch, ha asegurado este sábado que los representantes municipales, pese a respetar al resto de organismos públicos, sólo se deben a sus votantes: "Los alcaldes somos muy leales a las instituciones y las respetamos a todas, pero sólo somos fieles al pueblo que nos ha votado".
Así se ha expresado durante la clausura de la XVIII Assemblea de la ACM celebrada en el Museu de les Aigües de Cornellà de Llobregat (Barcelona), que ha concluido el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y que han inaugurado el alcalde de la localidad, Antoni Balmón, y la consellera de Gobernación, Meritxell Borràs.
Buch ha reivindicado que en su organización hay diversidad de puntos de vista, también sobre el proceso independentista catalán, pero ha aseverado que todos están a favor de que los catalanes se expresen democráticamente: "No nos dan miedo las urnas".
"Si los catalanes deciden que Catalunya tiene que ser un país independiente, nosotros escribiremos las bases de cómo tiene que ser el municipalismo catalán", ha dicho, y si la ciudadanía optara por seguir en España, harán valer el documento que han aprobado este mismo sábado, ha aseverado.
La Asamblea de la entidad, que congrega a 948 ayuntamientos, ha aprobado las conclusiones de la 'Convención Municipalista, el futuro del mundo local', fruto de un proceso de reflexión política, técnica e intelectual de alcaldes, cargos electos y técnicos para poner las bases de una nueva gobernanza local catalana en el marco de la creación de un Estado catalán.
El texto aboga por unos mandatos municipales de cinco o seis años en lugar de cuatro "para que los equipos tengan tiempo para desarrollar sus propuestas de manera efectiva" y que las mociones de censura en los consistorios requieran de dos tercios del pleno para prosperar, en lugar de la mayoría absoluta actual.
Asimismo, propone consensuar un sistema de elección del alcalde que podría pasar "por ejemplo" por la votación directa con una doble vuelta para legitimar al vencedor y dar mayor estabilidad a los gobiernos municipales.
También plantea integrar "completamente" el sistema recaudatorio de los ayuntamientos a la Hacienda Tributaria de Catalunya, que ahora se realiza mayoritariamente a través de las diputaciones