La nueva tasa busca cubrir los gastos de la inclusión de las aerolíneas en el mercado de emisiones de CO2 de la UE, conocido como sistema ETS, que costará a la compañía entre 15 y 20 millones de euros en 2012.
En un comunicado, la compañía irlandesa calificó de "nuevo e ineficiente" el pago de un impuesto medioambiental y aseguró que este recargo es menor que el aplicado por otras compañías en Europa.
El portavoz de Ryanair, Stephen McNamara, defendió que la aviación europea no debería incluirse en el régimen ETS, ya que el transporte aéreo representa menos de 2% de las emisiones de CO2 de la UE.
"Este último impuesto de la UE dañará el tráfico, el turismo, la competitividad europea y acabará con puestos de trabajo", señaló, para añadir que se suma a "una larga lista de incrementos en los costes de los pasajeros impuestos por la UE".
En su opinión, el pago de los derechos de emisión es "desacertado" y "reduce la competitividad del transporte aéreo de Europa", sino que en su lugar "penaliza a las familias y a los consumidores europeos".