Una cena en Milán relajada y sin cámaras fue el último encuentro e Emilio Botín con la prensa. Fallecía solo cuatro días después. En aquella cena confesó que no contemplaba su relevo pero todo estaba atado. Dijo que le preocupaba la división de la izquierda y el conflicto catalán. Una vez más, alabó la gestión del Gobierno de Rajoy y era optimista sobre el futuro inmediato del país.