Slovenske, empresa eslovaca que produce y suministra electricidad, pasará así a estar bajo el control conjunto de la empresa energética italiana Enel, que también se dedica a la generación de electricidad y también a la distribución de gas y la checa EPH, que se dedica a la extracción de carbón y también genera electricidad y suministra gas.
El Ejecutivo comunitario ha dado luz verde a la fusión propuesta tras comprobar que no generará problemas de competencia dado que el solapamiento en las actividades de las compañías son o bien reducidos o en cualquier caso seguirá haciendo competidores fuertes en el mercado.
Además, Bruselas también ha tenido en cuenta la existencia de fuentes de suministro alternativos a nivel mayorista, algo que impedirá a las compañías impedir que sus competidores accedan al mercado minorita de electricidad.