Según fuentes del Irta, la vida útil de la carne fresca envasada oscila entre los 20 y los 60 días, aproximadamente, aunque puede cambiar en función de las condiciones de higiene, manipulación, tipo de pieza o temperatura.
Para realizar este proyecto de extensión hasta los 84 días de vida útil comercial en refrigeración de piezas de carne de vacuno envasadas para la exportación, se han reproducido las condiciones reales de transporte de la mercancía en un contenedor instalado en Vic (Barcelona).
A través de este contenedor se han monitorizado diversos parámetros, como la luz y la temperatura, y el Irta se ha encargado de analizar la calidad de la carne desde el punto de vista microbiológico y fisicoquímico.
El proyecto ha contado con un presupuesto de 281.428,58 euros, financiados a través de la UE, la Conselleria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat y fondos propios.