Según precisa la AUC, con este segundo dividendo digital se está pidiendo "un nuevo esfuerzo" a los ciudadanos para la reantenización de muchos edificios y la renovación de su equipamiento audiovisual, especialmente si aprovechan para acometer las actualizaciones del estándar televisivo para la alta definición, la ultra alta definición y los servicios interactivos.
Por ello, la asociación exige que se arbitren ayudas para esa adaptación tecnológica, utilizando parte del dinero que los operadores de telecomunicaciones han aportado en la subasta del espectro.
Por otro lado, la AUC pide ante los nuevos cambios, una regulación que impida la venta, a partir de una determinada fecha, de receptores obsoletos, evitando los "abusos" que, según indica, se produjeron con el paso de la televisión analógica a la digital.
Sobre la planificación del proceso del segundo dividendo digital, que en principio debería finalizar en 2020, la asociación pide que sea "realista" y se extienda su culminación, si es necesario, hasta el año 2022.
A largo plazo, reclama que se garantice el mantenimiento exclusivo de la banda sub700 para la TDT al menos hasta 2030, evitando su utilización flexible por ésta y por los servicios de banda ancha, de modo que los operadores televisivos tengan plazo suficiente para acometer sus cambios tecnológicos y pueda exigírseles también una mayor calidad y variedad en sus contenidos.
Según apunta la AUC, la TDT es la opción mayoritaria de consumo audiovisual para los ciudadanos en España, y "la única que en este momento garantiza el acceso universal y en abierto, la cohesión social y la posibilidad de mantener el servicio público de radiodifusión y garantizar la oferta de medios comunitarios y de proximidad, sin menoscabo de la necesaria neutralidad tecnológica".
En este sentido, insiste en que los beneficios que aporta el desarrollo de la banda ancha para los ciudadanos deben equilibrarse con la garantía de viabilidad para la TDT.