Después de la entrevista en el programa Megyn Kelly Today, de la cadena NBC, Anderson recibió duras críticas por lo que, decían, era “culpabilizar a las víctimas”.
En el programa, Pamela Anderson habló de los abusos que había sufrido de pequeña, cómo los había superado y de sus primeros momentos en Hollywood, donde también sufrió los abusos de poder de Harvey Weinstein.
Anderson, de 50 años, aseguró que le ofrecieron "dinero, casas, papeles en películas" cuando llegó a Hollywood: "Tenía un montón de ofertas para hacer castings privados y cosas que no tenían sentido, que carecían el sentido común". La actriz recordó que en 2008, el productor Harvey Weinstein le hizo saber el poder que tenía y que le debía agradecer la oportunidad que le dio al ofrecerle un papel. "Me llamó y me dijo: 'Tienes muchísima suerte de que te haya puesto en mi película, eres Pamela Anderson y no te mereces nada. Si no haces esto, nunca volverás a trabajar en esta ciudad'". Anderson asegura que “nunca nadie me había hablado así. He tenido algunos novios bastante malos. Y nunca me han hablado de esta manera”, aseguró.
Tras las críticas sobre cómo sus palabras parecían culpar a las víctimas y de sus insinuaciones de que algunas personas ignoraban el sentido común por sus ambiciones profesionales, Pamela Anderson ha respondido en redes de forma tajante.
La actriz asegura que con sus palabras no dijo que “las mujeres merecían ser maltratadas o que los cerdos como Weinstein no debían ser castigados. Todo lo contrario, dije que Weinstein es un cerdo sexista y un matón. Así que no es culpa de la víctima, sino de tratar el tema desde el ángulo en que las mujeres sean conscientes de ciertos problemas y cómo detectarlos y luchar contra ellos. Es totalmente hipócrita ignorar esto. Y no ayuda a nadie ignorar las realidades de la sociedad en la que vivimos. Las causas del problema y las soluciones son complejas y las mujeres que no viven en la burbuja utópica deben ser conscientes de lo que está sucediendo”.
Anderson añade que no quiere disculparse por sus palabras y que no la van a forzar a hacerlo. “¡Esto es exactamente lo que estoy diciendo, que hay un problema con la contemporánea "victimización del feminismo"! Las personas que se suscriben a esa noción toleran y realmente esperan que las mujeres hablen sobre historias de abuso y experiencias escalofriantes. Pero NO toleran a una mujer con su propia opinión. Muy patético”, concluye.