Marcel Broodthaers regresa al Reina Sofía con una retrospectiva que reflexiona sobre la vigencia de su mensaje

EUROPA PRESS 04/10/2016 15:00

La muestra reúne alrededor de 300 piezas que aglutinan disciplinas con las que Broodthaers cuestionó el sistema del arte, como la poesía, el cine, la literatura y las artes visuales, a través de un planteamiento radical de los enfoques tradicionales, así como el concepto de exposición, que convirtió en una obra de arte en sí misma.

Esta complejidad, su reinvención constante y el hecho de no estar circunscrito en una técnica concreta han sido los mayores desafíos de esta muestra, según ha explicado este martes durante la presentación de la exposición el director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, quien se refiere a este artista como un alguien "clave" en la mitad de siglo.

Broodthaers comenzó su actividad en las artes plásticas a los 40 años, después de haberse dedicado a la poesía ,fotografía, literatura y crítica artística, y su producción durante las décadas de los años 60 y 70 le convirtió en uno de los creadores más importantes del panorama internacional.

Según ha indicado Borja-Villel, durante sus últimos años de vida organizó sus propias retrospectivas y quienes trabajaron con él manifestaron lo "complicado" que era porque siempre cambiaba las cosas en el último momento. "¿Cómo se hace entonces cuando no está Broodthaers?", se pregunta el director del museo.

La fascinación por este artista, que nació en Bruselas en 1924 y falleció en Alemania en 1976, ha crecido con los años puesto que ahora se conocen con "más precisión" detalles sobre su obra, en palabras del director del Reina Sofía.

Esta muestra, que podrá visitarse en el Reina Sofía hasta el 9 de enero de 2017, llega después de haber pasado por el MoMA de Nueva York y viajará después al Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen de Düsseldorf, donde se podrá ver entre el 4 de mazo y el 11 de junio.

CINE, POESÍA Y ARTES PLÁSTICAS

El conservador jefe de Dibujo y Grabado de Robert Lehman del Museum of Modern Art de Nueva York, y comisario de la muestra junto a Borja-Villel, Christophe Cherix, ha explicado que esta muestra intenta no separar los medios en los que desarrolló su actividad porque precisamente fue parte de su práctica.

Por ello, en esta exposición el visitante puede encontrar un jardín con frondosas palmeras, un ejemplo de sus ideas de ornamentación y decoración; la presencia de cáscara de huevo o mejillones, símbolos que se repiten en su trayectoria, o una reconstrucción fiel del interior de la vivienda de Broodthaers en Bruselas donde, tal y como señaló, "las palabras flotan".

Además de las dificultades de la muestra relacionadas con el concepto de arte de Broodthaers, Cherix ha añadido que las obras que se exhiben son "frágiles y difíciles de transportar", por lo que cree que esta muestra no se va a repetir en muchos años. Además, ha añadido que lo que se va a ver en el Reina Sofía es "diferente" a lo que se ha visto en Nueva York, porque los espacios otorgan un "nuevo significado" y "cuentan otra historia".