En la citada novela, el poeta, novelista y ensayista sumerge al lector en unas páginas oscuras en que late el espíritu de la novela negra en medio de universos surrealistas.
Tras contemplar las secuelas de un crimen, un hombre recorre las calles de París siguiendo a una joven y los delincuentes la acechan en un mundo de sombras.
Ella es París y se convierte en un espectro en la noche misma considerada, en palabras de Charles Baudelaire, como "la noche amiga del criminal".
"Igual que sombras a la deriva, escrutando en vano los oráculos del azar, los personajes avanzan a trompicones de ncohe en noche y el narrador anónimo, tan parecido al autor, aguarda como una última esperanza la indecisa catástrofe que le permitirá escapar a la usura de los días y los gestos", escribió Claude Leroy sobre la historia.