Para los que nunca hayan escuchado hablar de este término, les explicamos que consiste en una línea imaginaria que se dibuja en el rostro y que cambia con el paso de los años. En las pieles jóvenes, la base une el final de los dos pómulos y va hasta la barbilla, con el tiempo este triángulo se invierte y pasa a tener su base en la barbilla y su vértice en la nariz.
Un cambio visible en nuestra piel que puede tratarse si se utilizan los productos adecuados. La firma de alta cosmética farmacéutica Bimaio ha dado con la clave al formular su crema EGF y Células Madre (https://bimaio.com/producto/crema-efg-y-celulas-madre/) con extracto de bases fériles de la alga Undaria Pinnatifida, entre sus principales activos. Esta alga reactiva los 14 genes que están implicados en la reestructuración de la matriz extracelular (síntesis, maduración y organización colágeno y elastina; síntesis ácido hialurónico), mejorando así la apariencia de las arrugas en la boca, la frente y la nariz.
Por su parte, las células madre de la manzana presentes en esta crema ayudan a las células madre de nuestra piel a mantener sus características y la capacidad para construir nuevos tejidos.
Además, también contiene Olive Active Maslinico, un factor de crecimiento del tejido epidérmico que trabaja sobre el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico de nuestro rostro. Este redensifica nuestra piel y la repara para aumentar el grosor de nuestra dermis. A todas estas propiedad hay que sumarle su poder hidratante y protección solar de SPF15. De venta en farmacias, esta crema puedes aplicártela cada mañana después de tu rutina de belleza para recuperar la esencia de tu triángulo de la belleza o antes de acostarte para que trabaje durante toda la noche en tu piel.