Una de las que ha querido hacer especial hincapié en esto es la última ganadora de Roland Garros, Garbiñe Muguruza. La tenista hispano-venezolana se ha convertido en la protagonista de un cuidado reportaje de la revista VOGUE donde defiende esta postura: "Hoy en día, sigue siendo 90-10 para los hombres, es verdad, pero el deporte femenino también es grande y se igualará con el tiempo. Por tradición y cultura todo está enfocado al deporte masculino y hace falta tiempo". Aunque se haya progresado con el tiempo, aún queda mucho por hacer: "En muchos momentos, la gente se fija más en cómo llevas el pantalón corto o qué abdominales tienes (...) Cuando se habla de mujer y deporte se reduce a ver si es bonita o no".
Garbiñe es el claro ejemplo de una mujer hecha a sí misma. Con tan solo 3 años cogió su primera raqueta de tenis, y a los 6 cruzó el océano para comenzar su entrenamiento en Barcelona, ciudad en la que finalmente decidió quedarse.
Su familia ha sido su gran apoyo durante todo este tiempo: "Toda nuestra familia adora el tenis, nuestra ilusión era que uno de los tres hermanos llegase a lo más alto. Mis hermanos no lo pudieron conseguir, pero que la pequeña de la casa lo haya hecho ahora es una ilusión hecha realidad, la recompensa al esfuerzo de mis padres". Un sacrificio que este pasado mes de junio tuvo su recompensa con la victoria frente a la número 1 del mundo, Serena Williams. Garbiñe consiguió hacerse con el título de Roland Garros después de años y años de sequía para el tenis femenino español. Una victoria que la llevó a ser la número 3 en la WTA y todo un referente para el deporte nacional.