"No pueden renunciar a la literatura, es importante para crecer y conocer muchas cosas que de otra manera no podrías", ha señalado el autor italiano, quien se pone a él mismo como ejemplo y su preferencia por un escritor español, David Trueba. "En mi caso, cuando leo 'Cuatro amigos', me doy cuenta de que aquí en España los jóvenes han vivido experiencias muy similares a las mías, aunque siempre descubro algo nuevo", ha apuntado.
Moccia no cree que los jóvenes de hoy en día lean menos que en otras épocas, aunque sí alerta de las "diferencias" entre aquellos que lo hacen y los que no. "Un joven hoy en día puede leer muchísimo y pasarse todo el día con un libro en la mano, pero por otro lado puedes ver a adolescentes que no han cogido un libro en su vida. Cuando hablan, ves que es muy diferente su trato", ha explicado.
En su caso, rechaza que los libros que escribe estén únicamente dirigidos a un público juvenil, sino que está más relacionado con la "actitud y disposición" de sus lectores. "No hay una edad para mis libros, porque lo que en ellos ocurre puede pasar en cualquier momento: la pérdida de un amigo, los momentos de soledad, el final de un amor...", ha apuntado.
La única diferencia que puede haber es cómo se recibe estas experiencias, puesto que el lector joven "está menos desencantado" y vive las cosas "con más intensidad, como si fuera la primera vez". "Aunque luego, mucha gente joven pierde ese espíritu rápidamente frente a algunos mayores que son capaces de mantenerlo", ha destacado.
'Babi y yo' vuelve a los comienzos de los protagonistas de una historia de amor, Step y Babi, a través de los recuerdos del primero, quien duda de sus sentimientos hacia su pareja actual. "Él recuerda lo vivido con Babi y ocurre lo que muchas veces pasa cuando estamos solos y miramos al pasado: nos preguntamos si lo hemos hecho bien", ha explicado Moccia.
En esta ocasión, la novedad es que a través de la plataforma Flook ('www.theflook.es') los lectores podrán personalizar la historia --nunca modificar el texto original del autor-- añadiendo sus propios contenidos con texto, fotos y música. para crear su propio relato.
Para Moccia, esta experiencia supone un nuevo "reto" en el que no se muestra a disgusto, sino todo lo contrario: "es bonito contaminar el texto". "El escritor no pierde poder, porque la historia se mantiene, pero permite compartir diferentes lecturas y eso es maravilloso", ha concluido.