Los arcones, de un metro de altura por metro y medio de longitud, conservan las asas laterales de hierro para los travesaños con las que eran transportados, según ha explicado Jaime Sancho, director del Museo Catedral de Valencia, donde se exhiben ya los arcones.
Ambos arcones son de cuero repujado y claveteado, están forrados de terciopelo rojo y con su interior "muy protegido para llevar estas garrafas que son piezas únicas y en las que iban los óleos sagrados que se emplean para la unción de enfermos, para los catecúmenos y el santo crisma", ha añadido.
Estos óleos se llevaban tanto a las diócesis cercanas como Orihuela o Segorbe cuando carecían de Obispo, como a zonas alejadas de la propia diócesis. "En aquella época todas las parroquias, como ocurre ahora, debían tener a partir del Jueves Santo los óleos nuevos y bendecidos para administrar los sacramentos, pero estos arcones permitían llevar los óleos a mucha más distancia, como a Villena o al Maestrazgo", ha precisado.
Los dos arcones del siglo XVI ahora recuperados, se encontraban en la sacristía de la capilla de la Inmaculada de la Catedral de Valencia, según ha indicado.