Aunque la función es para todos los públicos, solamente los bebés de entre cero y tres años podrán movirse libremente e interactuar con los intérpretes al ritmo de la música de la banda de Liverpool. "The Beatles es el eje de la música popular del siglo XX y su música nos encanta y nos permite jugar", ha asegurado Albert Vilà.
"Los niños pueden entrar libremente al escenario y expresarse tal y como son, esto genera una energía que enriquece cada propuesta. Los músicos están totalmente coreografiados, pero los niños tienen la virtud de cambiar esto en cada espectáculo, si quieren se pueden acercar a un palmo de nosotros", ha señalado el creador del espectáculo.
En la misma línea, ha añadido que les "interesa mucho" el trabajo de The Beatles porque les "llega", la melodía es "fantástica" y les "incita a la búsqueda" y a "jugar con los elementos". "No es un concierto al uso, jugamos con la danza y con la música. Nos encanta poner todo al revés y sacar todo de contexto", ha precisado.
El espectáculo, a su juicio, es una propuesta "inclusiva", un "poco diferente", de "éxtasis de locura" y "casi a la africana", en la que "todo el mundo baila". "No entramos por la parte racional, sino por la de comunidad. Hay diferentes elementos que transmiten una energía fantástica pero sin pretender que haya un elemento narrativo", ha concretado.
'Bitels para bebés' ha sido interpretado en países como Noruega o China, donde, según ha subrayado Vilà, al dejar entrar a los niños en el escenario se creó una "complejidad que casi se volvió en agresividad" por su cultura.
UN "LUJO" PARA NIÑOS Y ADULTOS
En el espectáculo participan, además de sus creadores Vilà y Vilamitjana, los músicos Alba Haro o Eduard Raventós (cello), Asier Suberbiola o Laura Marín (violín) y Hugo Astudillo o Nil Villà (saxo).
"Disfrutar de estos instrumentos a dos palmos es un lujo tanto para un niño como para un adulto, queremos hacer un espectáculo que le guste a todos. Buscamos una complicidad en la mirada del público", ha apuntado Vilà.
Por último, ha comentado que en su compañía son "cien por cien auténticos, sin usar trucos", porque, en su opinión, los bebés son "mucho más sensibles". "No trabajamos con un lenguaje infantilizado. Trabajamos con pedagogías que permitan a los niños desarrollarse", ha concluido.