Crear valor en los sitios en los que se ubican, la oportunidad para las empresas de fomentar la economía local

Contenido patrocinado 22/01/2018 06:30

La impronta que crea una empresa en el lugar en el que opera es decisiva para su trayectoria e imagen. Que una empresa global eche raíces es la mejor manera de respetar el entorno social en el que trabaja y pase a formar parte de él. De hecho, la localización constituye una oportunidad magnífica para desarrollar una política de responsabilidad social corporativa respetuosa y comprometida. No solo se trata de dar el mejor servicio posible a los consumidores, las grandes compañías también son responsables de lo que ocurre en el territorio en el que se ubican, por eso, cada vez es más habitual que, en lugar de dar la espalda a los habitantes de la zona, interactúen para mejorar su situación con diferentes proyectos, enmarcados en sus programas de Responsabilidad Social.

La primera decisión estratégica que puede tomar una gran multinacional es la elección del lugar en el que produce. Que la empresa apueste por ubicarse en un entorno y producir en él, en vez de simplemente distribuir lo fabricado fuera, es clave y determina por completo su relación con dicho lugar. Coca-Cola es un buen ejemplo de esto: desde su llegada a España en 1953 decidió que los productos que distribuyese aquí se fabricasen en nuestro país y por empleados locales, creando un impacto en la economía del lugar.

Apostar por lo local, en el caso de una gran empresa, aporta mucho al lugar en el que se ubica. Mejoran las cifras de empleo, crece el producto interior… los beneficios económicos de la llegada de una multinacional son muchos. Las cifras del impacto de Coca-Cola en la realidad española no dejan lugar a dudas: su actividad supone el 0,57% del PIB, una contribución de 6.315 millones de euros a la economía, y 88.600 puestos de trabajos directos e indirectos.

Un valor que va mucho más allá de lo económico

Actualmente, el papel de una gran empresa en un determinado país excede y mucho del de mero actor empresarial. Las compañías de cierta relevancia se convierten en auténticos agentes sociales, que contraen compromisos con los ciudadanos y cuya acción sobrepasa su actividad productiva. Por ello, la decisión de apostar por lo local va mucho más allá de lo estrictamente económico. El importe de inversiones en proyectos de tipo deportivo, cultural, medioambiental y social de una empresa como Coca-Cola ascendió a los 8,9 millones de euros en 2016.

El mundo empresarial es consciente de que su actividad tiene importantes impactos y costes medioambientales y, por eso, quieren compensar su huella ecológica contribuyendo de diferentes maneras. Coca-Cola trabaja de forma activa en este sentido, desarrollando una importante labor en la que protege entornos de gran valor ecológico como la Albufera de Valencia o las Tablas de Daimiel. También colabora con las autoridades locales para mejorar la gestión de residuos.

La actividad empresarial también implica beneficios sociales. La sostenibilidad se extiende al terreno social, mediante iniciativas que permitan aumentar el bienestar de la comunidad, propuestas que devuelven a la sociedad parte de los beneficios que las empresas obtienen de ella. El apoyo a las comunidades locales forma parte de la estrategia de Coca-Cola y se concreta en proyectos como GIRA Jóvenes y GIRA Mujeres, con los que pretende impulsar y apoyar a sectores que cuentan con menos oportunidades.

La cultura y el emprendimiento, dos mundos en los que importa comprometerse

Promocionar el talento local y divulgar el conocimiento y las expresiones culturales son las acciones más destacadas para contribuir al desarrollo cultural de una comunidad. Muchas empresas crean fundaciones, convocan premios para reconocer la excelencia u organizan actividades que sirvan como promoción y hagan de la cultura algo más accesible para todos. Es el caso del Coca-Cola Music Experience o de la Fundación Coca-Cola, que lleva 25 años apostando por iniciativas culturales, como su Colección de Arte o sus premios teatrales y de animación a la lectura.

Por último, las grandes compañías pueden contribuir a que los ciudadanos formen parte del mundo empresarial, impulsando a los emprendedores y dándoles oportunidades para que puedan demostrar su valor. También a nivel empresarial Coca-Cola quiere impulsar el talento español. Por eso, desde 2015 organiza la Entrepeneurship School Madrid, una escuela pensada para que mujeres y jóvenes puedan poner en marcha sus propios proyectos de la mano de empresarios de éxito.

La mejor empresa es la que no solo hace negocio, sino que también aporta y contribuye a hacer del sitio en el que se ubica un lugar mejor. La apuesta por el sabor local ha pasado de ser un reto a convertirse en una oportunidad para las grandes compañías de generar una marca cargada de valor, en la que el consumidor pueda confiar.