Con siete años, un injerto de su piel modificada genéticamente le salva la vida

Noticias Cuatro 29/01/2018 11:36

El pequeño de siete años ingresó en el Hospital de Niños de la Universidad Ruhr, en Alemania, en estado muy grave. Tras unos análisis, los especialistas descubrieron que tenía una pérdida epidural completa en el 60% de su cuerpo, por lo que estaba tomando morfina para superar los fuertes dolores.

Según informa Infobae, ante el grave estado del niño, los médicos le proporcionaron antibióticos, le curaron las heridas e incluso le injertaron piel donada por su propio padre. Pero nada de esto funcionó y los dolores no cesaron.

Al no encontrar cura para la enfermedad, Hirsch y Rothoeft, dos médicos del hospital, empezaron a investigar en libros de literatura médica y encontraron que, quizás, una modificación genética de las células de la piel podrían servir para que el niño a superase su enfermedad. Esto también sirve para la piel quemada y otros tipos de enfermedades que atacan a la piel.

Para obtener más información sobre el tratamiento en cuestión, los dos médicos se pusieron en contacto con Michele De Luca, el autor del libro que explicaba esta posible cura. Con su ayuda, utilizaron una técnica que solo se había utilizado dos veces previamente y únicamente en pequeñas partes del cuerpo.

Los médicos cosecharon células de un trozo de piel de unos cuatro centímetros de una zona no afectada por la enfermedad y las modificó genéticamente para que no tuvieran el gen causante del trastorno. Posteriormente, las convirtió en parches de epidermis sanas.

Según explica Infobae, tras tres cirugías, toda la piel afectada del niño estaba cubierta y a los ocho meses, el pequeño ya estaba totalmente recuperado, ya que la epidermis sana se acopló perfectamente a la demis e incluso las heridas sanaron. Sin embargo, para mantener un correcto cuidado de su nueva piel, el pequeño debe hidratarse con regularidad.

“No importa cómo te prepares, porque es una mala situación. Sin embargo, la epidermis se ve normal. No hay gran diferencia”, explica De Luca a Infobae.

Por su parte, el niño ya no tiene que tomar medicamentos, ya que la enfermedad no da signos de reaparecer.