Raquel Atanes atendió en Vigo a una mujer a la que se le había caído -literalmente- una cristalera de un hotel en la cabeza. Rosa estaba paseando a su perro cuando, de repente, sonó un estruendo y se vio con toda la cara ensangrentada. Le han tenido que dar varios puntos de sutura pero, milagrosamente, se encuentra bien y no corre peligro su vida.