Los terroristas han aprovechado la jornada de rezo de los viernes para llevar a cabo una oleada de atentados contra mezquitas chiíes de Bagdad y sus alrededores. Por el momento estos ataques han dejado al menos 28 muertos y 130 heridos. Esta cifra, que ya ha aumentado a lo largo del día, podría ser aún mayor dado que las mezquitas tienen una gran afluencia los viernes.
En el peor de los ataques, un coche bomba estalló en el exterior de uno de los templos situado en el norte de la capital, en el distrito de Shaab, causando la muerte de al menos 21 personas y heridas a otras 35.
Las otras cuatro explosiones se registraron en distintos puntos de Bagdad y sus alrededores. Todas ellas estaban dirigidas contra mezquitas chiíes y parecían estar programadas para que se produjeran a la misma hora. La forma de atentar hace pensar en bandas de insurgentes suníes como posibles autores. En los últimos meses, los chiíes han sido el grupo confesional más golpeado por la violencia en el país árabe.
Estas explosiones despiertan temores de que estalle en Irak una nueva ola de violencia sectaria similar a la del 2006, cuando el país estuvo al borde de la guerra civil tras el atentado contra la mezquita chií de Samarra, unos 100 kilómetros al norte de Bagdad.