En los enfrentamientos que se han producido en la ciudad italiana de Nápoles por la instalación de un nuevo vertedero, varias personas han resultado heridas y la policía ha detenido a varios de los protestantes.
En las afueras de Nápoles hace semanas que los vecinos de Terzigno, una ciudad en las faldas del Vesubio, se oponen a convivir, puerta con puerta, con el vertedero de basura más grande de Europa. Con piedras los ciudadanos intentan impedir que los camiones descarguen la basura. La policía ha tenido que lanzar 120 botes de gases lacrimógenos para intentar disolver la protesta.
En el centro de Nápoles también se han producido disturbios, ya que varias personas han incendiado contenedores de basura y se calcula que hay 2.000 toneladas aproximadamente sin recoger.
El primer ministro, Silvio Berlusconi, se reunió ayer con su gabinete de crisis para estudiar el problema. De momento ya ha puesto un plazo: 10 días para llegar a un acuerdo sobre este difícil tema. Además, ha asegurado que pagará 14 millones de euros como indemnización a los municipios próximos al colector. Pero los alcaldes de las provincias han respondido que lo que quieren es que se cierre porque el olor es insoportable.