Atragantarse comiendo es algo muy común, y aunque se pase mal, con unas palmadas en la espalda o tosiendo suele solucionarse sin mayor complicación.
Pero si alguna vez te encuentras en presencia de alguien que se está ahogando por haberse atragantado, conocer estas técnicas podrá ayudarte a solucionar el problema y salvar una vida.
Son tres pasos los que hay que dar:
Lo primero, conseguir que tosa; si esto no da resultado, pasar al siguiente paso: dar palmadas: hacer que la persona se incline, y sujetándola firmemente con una mano en el centro de su pecho, con la otra dar un golpe fuerte en la espalda, en el centro. Repetir esta operación hasta cinco veces si no se consigue expulsar el trozo obstruido.
En caso de que la persona siga atragantada, pasar al tercer paso: la comprensión abdominal: abraza a la persona por detrás, y cierra el abrazo agrrando el pulgar de una mano con los dedos de otra, a modo de puño en la tripa, entre el ombligo y el esternón de la víctima. Con el puño, aprieta hacia dentro y hacia arriba (altura del esternón). Comprobar si la persona ha expulsado lo que la estaba ahogando; en caso contrario, repetir esta operación, llamada Maniobra de Heimlich, hasta cinco veces.
Si sigue sin funcionar, vuelve a las cinco palmadas en la espalda, y en caso de que nada de esto hubiese funcionado, urge llamar a una ambulancia. No obstante, lo más probable es que siguiendo estas técnicas se conseguirá que el atragantado expulse lo que se ha quedado atrapado en su interior.
Es importante tener en cuenta, en caso de que el que se está ahogando sea un niño pequeño o bebé, si éste ya sabe andar o no; si sabe andar, hay que llevar a cabo las técnicas recientemente explicadas. En caso de que el bebé o niño aún no sepa andar, las técnicas son diferentes:
Poner boca abajo al bebé, sujeto sobre tu brazo y en posición horizontal, y dar un golpe seco en la esplada, una palmada, que debe de ser dura y limpia. Repetir la operación hasta cinco veces si no funciona.
Si esto no funciona, aprieta con fuerza con dos dedos el pecho del bebé hacia el interior y, ligeramente, hacia arriba, en el esternó; haz hasta cinco de estas maniobras, y si es necesario, da la vuelta al bebé y vuelve a darle las palmadas.
Si no funciona, llamar a la ambulancia. Conviene que el bebé sea observado por causa de las palmadas y presión ejercidas en el pequeño cuerpo del bebé, que, por otro lado, son necesarias para desatascar el objeto atragantado.