Amenaza a una mujer colocando en su coche dos flores y un crucifijo

Noticias Cuatro 19/07/2018 17:17

“¿A qué va a esperar la justicia para tomar medidas? ¿Tenemos que esperar a que la mate para que actúen?”, se pregunta María José de la Viña Ruiz en una publicación en Facebook en la cual muestra su indignación, su repulsa y su miedo ante las amenazas que recibe su hermana María del Mar por parte de su exmarido.

La última de ellas le llegó “a las 7 de la mañana”, cuando María del Mar, oriunda de Sevilla, se disponía a coger su vehículo para ir al trabajo. Al llegar a él, su coche tenía las ruedas pinchadas, tenía numerosas pintadas por toda la carrocería con espray negro y, más allá, el capó había sido convertido en una especie de ataúd, con dos flores situadas a un lado y otro de un crucifijo colocado en el centro.

“No puedo escribir mucho porque estoy indignada. Esto se ha encontrado mi hermana cuando se dirigía al trabajo a las 7 de la mañana. Este señor, por llamarlo de alguna manera, no deja de acosar a mi hermana y de hacerle la vida imposible”, escribe, relatando que, además no se atreve a “dar la cara” y “paga a otros sinvergüenzas” para que lleven a cabo sus amenazas.

Harta de la situación y criticando que la justicia no actúe aún “cuando hay vídeos y pruebas de todo”, pide la máxima difusión de su denuncia, que, como indica Sevilla Actualidad, ha formalizado también ante las autoridades. “No podemos esperar a que la mate”, recalca.

REITERADAS AMENAZAS Y DESTROZOS EN SU VEHÍCULO

Más allá, si bien esta ha sido la amenaza por la que finalmente se han decidido a denunciar, María del Mar, la víctima, ya había publicado con anterioridad otro mensaje en Facebook en el que pedía que la dejasen en paz, dirigiéndose a una persona “amargada de la vida”. “Quiere amargármela a mí más todavía de lo que me la ha amargado hace unos meses”, escribía entonces, contando todo lo que le había pasado:

“Hace unos meses atrás empecé con las ruedas pinchadas; después con azúcar en el depósito del coche, el cual es de llave y no estaba forzado; otro día el espejo retrovisor estaba arrancado de cuajo; y ahora pintura en el coche”, relataba, preguntándose, --sin saber lo que se iba a encontrar ahora--, qué iba a ser "lo siguiente”, a la vez que instaba a esa persona a dejarla tranquila.

“Me dicen que si he visto quién lo ha hecho. Claro que no lo vi, pero no me hace falta verlo porque nunca en la vida me pasó nada porque no tengo enemigos como él tiene. Yo solo pido justicia, por favor. ¡Que me deje tranquila! Que haga su vida y que sea feliz, que dudo que lo vaya a ser por ser como es y los que tiene alrededor, que peor lo ponen”, escribía.

Ahora, las amenazas han ido todavía más allá, con un acto sumamente cruel e intolerable que exige medidas oportunas y contundentes.