La OTAN exige la liberación "inmediata" de los civiles y los barcos retenidos por Israel

Cuatro/CNN+ 01/06/2010 08:58

"Doy mi sincero pésame a las familias de todas las víctimas y condeno los actos que condujeron a esta tragedia", ha declarado el máximo responsable de la Alianza en un comunicado publicado al término de la reunión extraordinaria del Consejo del Atlántico Norte (CAN) convocada este martes de urgencia a nivel de embajadores a petición de Turquía.

En la nota, Rasmussen ha explicado que la reunión permitió un "amplio intercambio de puntos de vista" de los aliados sobre "todos los aspectos" del "trágico" suceso de la operación israelí contra los barcos que se dirigían a Gaza.

Tras mostrar su "profundo pesar" por las víctimas que causó "el uso de la fuerza durante el incidente en el que estuvo implicado el convoy a Gaza", Rasmussen se ha unido a los llamamientos de Naciones Unidas y de la Unión Europea para exigir una investigación "pronta, imparcial, creíble y transparente".

"Como cuestión urgente, también pido la inmediata liberación de los civiles detenidos y de los barcos retenidos por Israel", ha concluido el secretario general de la OTAN.

La ONU condena el ataque

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condena el asalto realizado por Israel contra la flotilla solidaria, que se dirigía a la Franja de Gaza para entregar ayuda humanitaria, un operativo que provocó la muerte de al menos 10 activistas pro-palestinos, ha informado el organismo en un comunicado.

Tras más de 10 horas de reunión, el Consejo de Seguridad ha emitido un comunicado en el que, además, solicita la puesta en libertad de todos los activistas y barcos retenidos por Israel, y en el que pide una investigación "rápida, imparcial, creíble y transparente" sobre el incidente. No obstante, no condena en dicho comunicado a Israel.

El principal barco de la flotilla solidaria, el 'Mavi Marmara', es de nacionalidad turca, al igual que la principal ONG implicada en la iniciativa, la fundación humanitaria IHH (Insani Yardim Vakfi). De las casi 600 personas que viajaban a bordo del barco, unos 400 eran turcos y se cree que la mayoría de los activistas internacionales fallecidos son de esta nacionalidad. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó el asalto de "terrorismo de Estado".