España no supera la recesión en 2009 y cae un 3,6 por ciento

Cuatro/CNN+ 05/02/2010 12:33

España no salió de la recesión en el cuarto trimestre al registrar una caída intertrimestral del PIB del 0,1 por ciento y una caída interanual del 3,1 por ciento, por lo que la caída global del año fue del 3,6 por ciento, según se desprende del último Boletín Económico del Banco de España correspondiente al mes de enero.

Estas cifras suponen cierta moderación respecto a las del trimestre anterior, cuando el PIB cayó un 0,3 por ciento en tasa intertrimestral y un 4 por ciento en tasa interanual y constatan las previsiones del Ejecutivo, que siempre ha mantenido que la economía española no saldría de la recesión en 2009 y apuntaba una caída global del 3,6 por ciento en el conjunto del año.

El descenso del 3,6 por ciento que se ha anotado la economía española es, según el Banco de España, "la mayor caída de la actividad" de las últimas décadas y está en consonancia con la severidad de las tendencias contractivas a las que se ha enfrentado la economía mundial en los últimos dos años.

El consumo es aún débil

En concreto, el gasto en consumo final de los hogares mantuvo la "tónica de debilidad" de los trimestres previos, aunque en términos intertrimestrales podría haber mostrado una tasa "ligeramente positiva", tras siete trimestres de retroceso, gracias, en parte, al "intenso" crecimiento de las matriculaciones por el Plan 2000E que, podría haber supuesto una anticipación del gasto y acabar, por tanto, detrayendo la demanda de estos bienes en el futuro.

El gasto en consumo de los hogares se vio afectado en el cuarto trimestre por la incertidumbre asociada al "marcado deterioro" del mercado de trabajo y por el efecto negativo de la destrucción de empleo sobre las rentas salariales, aunque también contribuyeron las restricciones de crédito y la disminución de la riqueza asociada a la tendencia descendente del precio de la vivienda.

Estos factores, según el Banco de España, tendieron a "deprimir" el consumo, pese a que otros elementos incidieron "positivamente" sobre la renta real de las familias, como la baja inflación, la moderación de los tipos de interés, y el impulso de las transferencias netas de las administraciones públicas.

Así, la debilidad del consumo en el cuarto trimestre reflejó un incremento de la tasa de ahorro de los hogares, mientras que el consumo de las administraciones públicas experimentó un "menor crecimiento" entre octubre y diciembre, en línea con la evolución del empleo en este sector.

Los salarios suben más que los precios

Sobre los convenios y salarios, el Banco de España revela que los acuerdos alcanzados en la negociación colectiva en 2009 afectaron a algo más de 8,6 millones de trabajadores y que el año concluyó con un aumento de las tarifas salariales del 2,6 por ciento, un punto por debajo de lo pactado en 2008.

Esta ralentización, a su parecer, no ha estado en proporción con la intensidad de los procesos de desinflación y de deterioro del mercado de trabajo.

En cuanto al IPC, el Banco de España cree que los precios repuntaron y cerraron el año en el 0,8 por ciento por la revisión de los efectos base de los precios energéticos. De cara al futuro, espera que efecto de los precios de los combustibles lleve a "una cierta trayectoria ascendente" del IPC en el primer semestre de 2010, pero advierte de que "el todavía escaso dinamismo" del gasto de los hogares "tendería a moderar es evolución alcista".

Además, el precio de la vivienda en España ha descendido un 12 por ciento hasta el cuarto trimestre de 2009 desde sus máximos, lo que está provocando un 'efecto riqueza' negativo en las familias que se traduce en un deterioro de la confianza y un descenso del consumo.

A favor de alargar la jubilación

Por otra parte, el Banco de España considera que un aumento "gradual" de la edad de jubilación, tal y como ha propuesto el Gobierno, puede contribuir "de manera significativa" al equilibrio financiero del sistema público de pensiones.

En su último 'Boletín Económico', la autoridad monetaria indica que las reformas estructurales, junto con la consolidación presupuestaria, constituyen el principal instrumento con el que cuenta la economía para superar la crisis y restablecer el crecimiento y la generación de empleo.