Detenidos nueve ladrones que simulaban ser guardias civiles

CNN+/Cuatro 10/02/2010 17:31

La Policía ha explicado este miércoles los detalles de la desarticulación de una banda formada por nueve personas que se hacían pasar por guardias civiles para asaltar viviendas habitadas de Zaragoza, Toledo y Madrid.

El grupo organizado estaba compuesto fundamentalmente por ciudadanos de origen colombiano aunque entre ellos también actuaba un varón español, quien se identificaba como miembro del Instituto Armado para no levantar sospechas.

La desarticulación del grupo ha sido fruto de las investigaciones realizadas desde marzo de 2009 por agentes de la Policía Nacional en colaboración con la Guardia Civil y que atribuyen al menos cinco hechos delictivos a la banda.

El operativo arrancó el 16 de marzo del pasado año cuando una mujer denunció el atraco a su vivienda del municipio de Ontigola, en Toledo. Según relató, cuando regresaba de llevar a su hijo al colegio fue abordada por estos individuos que le mostraron una falsa orden de registro. Tras acceder a su casa en alquiler, robaron cerca de 2.000 euros que guardaba en su interior.

Tras ello, los agentes tuvieron conocimiento de otros tres asaltos con el mismo 'modus operandi' perpetrados en Zaragoza.

"En alguno de ellos incluso cometieron una agresión sexual a una de las moradoras de una casa en Zaragoza", ha señalado la Policía, que ha indicado que en otra ocasión llegaron a causar lesiones a otro de los residentes después de amenazarle con "cortarle un dedo del pie".

El 'modus operandi'

Los nueve detenidos, disfrazados de miembros de las Fuerzas de Seguridad, aducían que tenían orden de registrar los domicilios. El supuesto ladrón de origen español se presentaba a los moradores de la casa para ganarse su confianza.

Una vez dentro del inmueble, maniataban con bridas a las víctimas en una habitación y las vigilaban mientras se dedicaban a desvalijar la vivienda incautándose de joyas, dinero y objetos de valor que encontraban a su camino.

Piso franco

Los nueve atracadores fueron detenidos la madrugada del 31 de enero por agentes del Cuerpo Nacional de Policía en su domicilio de la calle Belfast (Madrid). En los registros, encontraron una gran cantidad de teléfonos móviles, junto con ordenadores portátiles, placas policiales, joyas y armas.

Algunas de las armas las encontraron los agentes de la Policía Nacional en escondites que los ladrones habían realizado bajo los asientos delanteros de tres vehículos y que se abrían automáticamente accionando la marcha atrás.