Cientos de chinos uigur abandonan Xinjiang

Cuatro/CNN+ 10/07/2009 11:48

Tras los enfrentamientos vividos en las calles de la capital de Xinjiang desde el pasado día 5, cientos de ciudadanos chinos de etnia uigur han colapsado este viernes la estación de autobús de Urumqui con el fin de salir de la ciudad cuanto antes.

Los destinos son, principalmente, ciudades cercanas como Kashgar y otros centros uigires del país. Algunos de los que han decidido abandonar Urumqui no tenían claro dónde ir ni por cuanto tiempo hacerlo, tan sólo quieren escapar de allí por miedo a nuevas represalias. "No quiero abandonar mi negocio, aunque tengo miedo de ser arrestado o atacado si me quedo aquí", ha confesado un comerciante de unos 20 años mientras esperaba la llegada de un autocar con destino Kashgar.

Más detenidos

A pesar de que muchos huyen de la ciudad, las autoridades de Urumqui han ordenado el cierre de las cinco principales mezquitas de la ciudad durante la jornada de hoy, día de oración para los musulmanes, para prevenir nuevas tensiones étnicas.

Aún así, cinco o seis personas de étnica uigur han sido detenidas. Los arrestados participaban en una manifestación que se ha celebrado en la Mezquita Blanca tras la oración.

Terremoto en el país

Por otro lado, China continúa sufriendo bajas estos días. Este jueves al menos una persona ha muerto a causa del terremoto de seis grados en la escala de Richter que ha sacudido la provincia de Yunnan, al suroeste del país. Además, hay 325 personas heridas, 24 de ellas de gravedad.

La única víctima mortal que se conoce es una mujer de 50 años que quedó sepultada bajo los escombros de las casas que se derrumbaron en el seísmo. La mujer falleció posteriormente en el hospital debido a la gran pérdida de sangre que sufrió.

Se calcula que más de 4.000 personas deberán ser evacuadas o realojadas de la zona. El terremoto ha provocado el derrumbe de más de 18.000 casas, mientras que otras 75.000 han resultado dañadas en el condado de Yao'an, epicentro del seísmo, y otros cinco condados. Las autoridades calculan unas pérdidas económicas de más de 350 millones de euros.