El primer ministro británico, Gordon Brown, ha visitado este sábado a sus tropas en Afganistán para contrarrestar las críticas que indican que el despliegue militar está siendo minado por una carencia de equipamiento y personal.
Brown, fuertemente criticado en casa por fracasar en su gestión del conflicto, ha dicho que las fuerzas británicas estaban siendo provistas con equipamiento de vanguardia "para protegerlas de bombas al costado del camino", las cuales han causado la muerte de decenas en los últimos meses.
Además, ha pedido que el entrenamiento de soldados y la policía afgana se haga más rápido para que puedan asumir una mayor parte de la responsabilidad de luchar contra insurgentes talibanes. Brown ha dicho que había hablado con el presidente Hamid Karzai y su principal rival en las elecciones presidenciales de la semana pasada, Abdulá Abdulá, para dejarles claro que quieren entrenar a cerca de 50.000 afganos.