Berlusconi asegura que no dimitirá para que Italia no acabe "en manos de la izquierda"

CNN+/Cuatro 08/10/2009 12:02

Silvio Berlusconi no dimitirá. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que ha invalidado la ley de inmunidad de los cuatro altos cargos del Estado, el primer ministro italiano ha asegurado que sigue "adelante, tranquilo y con más fuerza que antes" para dejar "en ridículo" a sus acusadores.

"El Gobierno continúa serenamente, con más ganas si cabe, ya que se considera absolutamente indispensable para la democracia y para el bienestar del país", dijo Berlusconi a Radio Rai.

Acudirá a los tribunales

Por tanto, se ha derogado la ley conocida como "Laudo Alfano", que impedía que prosiguieran los juicios que tiene pendientes, pero a Berlusconi parece no importarle.

El primer ministro ha añadido que ha gobernado sin esa ley desde 2001 a 2006 "y continuaremos" haciéndolo sin ella. Además, no ha dudado en referirse a los procesos pendientes para calificarlos como "farsas, ridículos y absurdos".

"Me defenderé más veces en los tribunales y expondré al ridículo a los acusadores, mostrando a los italianos de que material están hecho", añadió el primer ministro.

Y agregó: "menos mal que está Silvio (él), ya que de otra manera el país acabaría en manos de la izquierda que tiene una organización en la magistratura que usa el poder judicial con fines políticos".

Acusa a Napolitano

En su misma línea de ayer, Berlusconi ha vuelto a acusar al jefe del Estado, Giorgio Napolitano, de ser de izquierdas. Anoche nada más conocer la sentencia del Constitucional, Berlusconi acusó al Presidente de la República de no haberle defendido y dijo que "todos sabemos de que parte está".

Por su parte, Napolitano no tardó en contestarle y respondió que él está de la parte de la Constitución.

Debate en Bruselas

Mientras, el pleno del Parlamento Europeo analiza este jueves en Bruselas la situación de la libertad de prensa en Italia, en un debate promovido por los grupos de izquierda y que ha tratado de impedir sin éxito el grupo conservador del Partido Popular Europeo (PPE).

Los eurodiputados de la familia política del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, presentaron sendas mociones para eliminar del orden del día el debate y para frenar los planes de aprobar una resolución al respecto.

En ambos casos, la unión de varios grupos del hemiciclo impidió al mayor grupo de la Eurocámara sacar adelante sus propuestas, que fueron rechazadas en votaciones en el pleno.