Desde siempre el ser humano ha luchado contra su propia naturaleza para tratar de perdurar en el tiempo. La búsqueda de la inmortalidad ha llevado a diferentes médicos por los caminos de la investigación más transgresora. El programa hace un recorrido por estos casos de genios que buscaron la inmortalidad mostrando imágenes de estas pruebas pocas veces vistas en televisión.
Los inicios se remontan, como cuenta el reportero de Cuarto Milenio Sergio Camacho, a las investigaciones y experimentos realizados por Vladimir Demikhov (1916-1998). Demikhov, doctor ruso, es conocido por sus intentos de mutar y alargar la vida de los perros, intercambiando sus cabezas y trasplantándoles corazones.
Según informa Camacho, quince perros murieron tras serles trasplantados en el cuello cabezas de otros cachorros previamente decapitados. Los animales, que vivieron varios días, morían por el rechazo al trasplante.
Por otro lado, Cuarto Milenio también habla del doctor estadounidense Robert Joseph White, que estaba muy interesado en que el cerebro viviese pese a que el cuerpo estuviese muerto.
El científico, que vivió de 1926 a 2010, consiguió intercambiar a dos monos, llamados A y B, sus cabezas. Así, el primero murió instantáneamente, pero el segundo vivió un tiempo, consiguiendo incluso ver, oír y tragar, pero no mover el cuerpo, porque no se podía realizar una unión de la médula espinal.
Según cuenta el doctor José Cabrera, invitado al programa, sólo hay dos tipos de células que permanecen en nosotros a lo largo de la vida, y son las neuronas y los músculos. "Una cosa es la inmortalidad del individuo y otra la de la célula", explica el doctor, porque la célula no es inmortal, sino que después de 500 divisiones ésta se muere debido a que el telómero, situado en las puntas de la misma, se autoconsume.
El secreto de la inmortalidad, según la ciencia, está en las células del cáncer, porque tiene una enzima llamada telomerasa que protege el telómero y hace que no se consuma.
El futuro de la búsqueda de la inmortalidad pasar por dos empresas, Biotime y Biópolis. Biotime es una clínica de California que ha conseguido matar a un perro y resucitarlo tres horas después. Su técnica consiste en sustituir toda su sangre por un líquido que mantiene su cuerpo a siete grados centígrados para luego devolverle su sangre y revivirle mediante una descarga. La segunda empresa destacada, Biópolis, es una compañía en Singapur que investiga la clonación sin ningún tipo de principios bioéticos.
Hasta el momento, la inmortalidad parece un desafío inalcanzable pero, ¿quién sabe si en el futuro se encontrará la fórmula?.