Francisco Canals, periodista especializado en ciberinvestigación, pide recordar que vivimos en la era de la información, un valor “muy goloso y primordial”, con el que se puede generar estructuras de poder y dirigir el mundo. Ese ‘big data’, o grandes flujos de información generan un mercado muy importante en el que entran gobiernos y multinacionales para hacerse con esa información que nosotros damos de forma gratuita.
Lo que parece ser información privada no lo es tanto: a pesar de las leyes que existen, es verdad que en internet prevalecen las “leyes de la tribu” por encima de las del Estado. Existen también en nuestro país ordenadores zombi, uno de cada dos, infectando otros ordenadores y ayudando al spam. Alberto Hernández, director de operaciones del instituto nacional de ciberseguridad recuerda que internet es gratuito, y que debemos pensar en dónde está entonces el negocio de internet, si hay empresas privadas que nos ofrecen servicios. “buscan la publicidad” conociendo las pautas de navegación.
En el caso de Whatsapp y Facebook, que son servicios gratuitos, Whatsapp envía a Facebook el número de teléfono del usuario para poder saber con quién se habla, las horas… y establecer un servicio de publicidad a la carta. Millones de cuentas de Myspace y de Yahoo fueron usurpadas, como sucedió en la web de contactos Ashley Madison. Pero no solo se comercia con la información para fines publicitarios, sino gubernamentales, como ocurrió en el caso de Wikileaks. Según Canals, en algunos sectores “se está volviendo a la cultura del papel porque las comunicaciones electrónicas son fáciles de interceptar”.Según Hernández, “las tecnologías se van a seguir usando independientemente de esto”. Las “ciudades inteligentes”, que a día de hoy nos geolocalizan, podrán interactuar con las personas para evitar atascos o accidentes. “Pero habrá que ser cautos, porque si hay tecnología hay vulnerabilidad”, recuerda el director de operaciones del centro nacional de ciberseguridad. “nos dieron correos electrónicos pero nadie nos dijo que deberíamos preocuparnos por ello”.
El año pasado tuvieron lugar 50.000 indicentes que afectaron a empresas medianas,pequeñas o grandes, de forma virtual y este año vamos camino de superarlo, según Hernández. Los ciberataques ocurren casi una vez al día, y el ciudadano medio no es consciente. “Habiendo habido ataques en infraestructuras críticas, no ha pasado nada. Van a seguir sucediendo” pero hay que blindarse.