Las torturas que sufrieron las "brujas" de Salem: "Les ponían piedras en el pecho para que confesaran"

'Cuarto Milenio' ha analizado los conocidos juicios contra brujas que, entre 1962 y 1963, tuvieron lugar en Salem, Massachusetts (EE.UU). A día de hoy, este pueblo marcado por la brujería recibe cada año más de un millón de visitantes de todo el mundo que buscan responder a la gran pregunta ¿Qué ocurrió realmente allí?

El Dr. José Miguel Gaona ha viajado a Salem y ha grabado imágenes de algunos lugares clave en los juicios de 1962. El experto se ha documentado sobre esta caza de brujas y nos ha dado las claves por las que, por entonces, cinco hombres y quince mujeres fueron ahorcados acusados de servir al diablo.

“Las brujas no eran tales brujas. Los que les condenaron eran puritanos, gente que había escapado de las guerras de Inglaterra, y habían creado una nueva colonia con sus ideales basados en la biblia más literal. Era una sociedad muy conflictiva”, ha empezado explicando Gaona.

La primera pista que podemos rastrear sobre el origen de este exterminio está en lo ocurrido con la hija de uno de los curas de la colonia. “La niña empieza a comportarse de manera extraña y su prima, de once años, también. Ambas empiezan a hacer cosas raras. Se tiran al suelo, trepan por los muebles, reptan por el suelo e imitan con los brazos los movimientos de los pájaros al volar”. El padre empieza a preocuparse y decide interrogarlas. En uno de estos interrogatorios, tal y como cuenta Gaona, las niñas acusan a su cuidadora, de origen extranjero, de haber practicado brujería con ellas. “Era una joven que había sido traída como esclava de Venezuela y es señalada como el foco del mal”.

Esta niñera tenía unas costumbres “distintas” y se dedicaba a hacer sacrilegios. “A una de las niñas, jugando, intentó leerle el futuro sobre un espejo y parece que a esta no le gustó mucho lo que le dijo. Le vaticinó un mal futuro y le dijo que no veía un buen marido para ella”, algo que la hija del cura no toleró.

La joven venezolana fue interrogada y decidió confesar. “Pensaba que quizá la perdonarían pero acabó fatal. La acusan y ella, para salvar a su marido, acusa a otras dos personas. Una era una señora de 80 años que estaba enferma y no era muy beata y, la otra, una indigente que estaba embarazada y no sabía quién era el padre de su hijo”. Según Gaona, este es el comienzo de la caza de brujas en Salem, el detonante de todo. "Se despierta una preocupación social y una gran presión por parte de la gente".

“Empiezan a salir más y más acusados. La mayor parte eran totalmente inocentes. De hecho, ninguno practicaba la brujería pero empiezan a surgir los enredos y los intereses. Había mucha rivalidad entre los jueces y los gobernadores”. El experto asegura que, todavía hoy, se conservan muchos documentos donde se recogen las acusaciones y las condenas de los procesos de Salem, que eran totalmente infundados.

“George Burroughs fue un predicador ejecutado en Salem tras ser acusado por sus antiguos enemigos personales, los Putnam”, ha ejemplificado Gaona al explicar que las acusaciones empezaron a responder a intereses personales y venganzas. En aquel entonces había una férrea creencia en “los demonios y el diablo” y esto se utilizó para jugar con el miedo de la gente. “El acusador decía que había visto el espectro del brujo en su casa y, en teoría, esa persona había dado autorización al demonio para que utilizara su figura para aterrorizar a los demás. Los testimonios no se ponían en duda”, asegura Gaona.

Los acusados eran sometidos a “terribles torturas” para confesar sus crímenes y siempre salían culpables. “Por ejemplo, se les acumulaban piedras sobre el pecho, sobre una tabla, hasta que confesase”. Muchos de ellos llegaron a morir en las torturas y nunca confesaban ¿Por qué? Porque, aunque fueran declarados inocentes, “cosa rarísima”, les quitaban todos sus bienes y los de su familia. “Te quedabas en la calle. Por eso, algunos preferían inmolarse con la sensación de culpabilidad a nivel social pero, por lo menos, salvaban a su familia”.

Otras de las técnicas que se utilizaban para saber si el acusado practicaba realmente la brujería o no, era exponerlo frente a sus presuntas víctimas. “Se les vendaban los ojos a las brujas y estas tenía que ir tocando a las supuestas endemoniadas. En el momento en el que la supuesta bruja tocaba a la persona que había endemoniado, los síntomas de esta cesaban al momento”.

Para el experto, estos síntomas eran “retorcimientos y convulsiones” que hoy en día equivaldrían a un estado de “histeria” o “psicosis colectiva”. “Lo ocurrido en Salem fue un acontecimiento que marcó un antes y un después en América. Se llegó a prohibir hablar de ello bajo pena. No se podía recordar lo que había ocurrido”, ha explicado Gaona sobre las ejecuciones que tuvieron lugar en 1962 en el estado de Massachusetts.