Disturbios callejeros, emociones y un agente implicado, en la gran final de 'CSI NY'

cuatro.com 27/03/2015 12:59

Tras nueve años y 197 episodios, “C.S.I. Nueva York” llega a su fin. Y lo hace con un episodio inspirado en un hecho real que tuvo lugar en la década de los 70: la irrupción en una comisaría de policía de un amplio y enfurecido grupo personas que se saldó con cerca de 60 agentes heridos y una redada masiva. En el trepidante desenlace de la ficción forense, Mac Taylor y el detective Flack se verán atrapados en el interior de una comisaría cuando la muerte de un hombre ser tiroteado por un agente desata una multitudinaria protesta ciudadana. Este hecho constituye el punto de arranque del capítulo , que Cuatro emitirá el próximo lunes 30 de marzo, a partir de las 22:30 horas.

Ciencia, crimen y lógica conviven en las tramas argumentales de esta ficción criminalística capaz de suscitar la curiosidad de sus seguidores en cada entrega. A lo largo de la temporada, los espectadores han descubierto aspectos técnicos como que no se requiere ningún permiso especial para comprar o vender armas fabricadas antes de 1899 en Estados Unidos y algunas nociones médicas como que la afasia -la patología que padece el jefe del C.S.I.- es la pérdida de capacidad de producir o comprender el lenguaje debido a lesiones en el cerebro.

Comandados por Mac Taylor, los forenses neoyorquinos -a quienes dan vida Gary Sinise, Sela Ward, Carmine Giovinazzo y Anna Belknap- pondrán fin a casi una década de éxito profesional con un nuevo desafío: esclarecer el homicidio de un hombre que se encontraba en una joyería en el momento equivocado.

Protestas multitudinarias amenazan el esclarecimiento de un polémico caso criminal

Nueva York no es Ferguson, pero en el capítulo final de la ficción forense podría serlo. En él, la muerte de Timothy Brown, un joven afroamericano desarmado que es abatido por el agente Kevin Hopkins cuando lo perseguía tras el robo a una joyería, desata una oleada de fuertes protestas en la ciudad.

Una muchedumbre enfurecida se agolpa en las inmediaciones de la comisaría donde se encuentra Hopkins junto a Taylor y Flack, impidiendo a los forenses salir del edificio. Mientras Kevin asegura a Taylor que disparó su arma en un acto de defensa propia, los demás forenses de su equipo trabajan contrarreloj para esclarecer los hechos.

La investigación del homicidio se complica cuando análisis posteriores revelan la ausencia de restos de pólvora en las manos de Brown. Presionado por las protestas ciudadanas, el C.S.I. emprende la búsqueda nuevas evidencias y encuentra un casquillo de bala en el escenario. En el ámbito personal, Mac Taylor da un paso adelante en su relación con Christine a la que sorprenderá con una inesperada y emotiva propuesta.