Dos años de prisión preventiva para el marido de Pilar Garrido, asesinada en México

La historia de la desaparición de Pilar comenzó a difundirse el 3 de julio con solo un supuesto sobre la mesa.

En un Estado, el de Tamaulipas, en el que cada año se presentan más de 5 mil denuncias por desapariciones, nadie barajaba otra hipótesis, tampoco la propia familia de Pilar. Y eso que el marido tardó 24 horas en acudir a la Policía.

Para entonces él ya se había encargado de crear un relato verosímil para la familia. Una versión que apuntaba al secuestro después de un feliz día de playa con su hijo.

La seguridad de ellos en él contrastaba con las dudas de los investigadores que, aunque llegaron a difundir un retrato robot del sospechoso, poco a poco fueron destapando sus contradicciones.

La clave llegó 23 días después de la denuncia de su desaparición. “En la décima búsqueda se localizaban diversos restos óseos”, explicaba el procurador. Y con ellos, un reloj. Se caía entonces la hipótesis del robo. Durante ese tiempo tampoco nadie había pedido un rescate.

El 12 de agosto el ADN confirma que es Pilar y la autopsia revela que ha muerto por estrangulamiento, algo que las autoridades aseguran que “no corresponde al modo de operar de los grupos delincuenciales”.

Ayer fue detenido su marido, al que siempre habían defendido hasta hoy. Él hoy ha negado ante el fiscal estatal haberla matado. Sin embargo, el juez le ha impuesto una pena de dos años de prisión preventiva.

Ahora solo queda por despejar la última incógnita: ¿por qué la asesinó?