Se operaron para quitarse las gafas y ahora ven peor que antes

Más de medio millón de españoles acuden a clínicas privadas para someterse a intervenciones de cirugía refractiva cada año. Tienen miopía, hipermetropía, astigmatismo o vista cansada y quieren dejar de usar gafas o lentillas.
Según estas clínicas, apenas un 1% de estos pacientes acaban descontentos con estas operaciones. Les ofrecen retoques que deben pagar a parte, pero los afectados aseguran que acaban deteriorando gravemente sus córneas, con secuelas irreversibles.
La Asociación Española de Afectados por Cirugía Refractiva (Asacir) nació hace casi dos años. En este tiempo, más de mil personas se han puesto en contacto con su Presidente, Alejandro López Vila, en busca de ayuda. En las clínicas les hacen creer que sus casos son excepcionales y algunos acaban con problemas psicológicos o la idea de quitarse la vida.
Asacir denuncia que en estos centros no advierten de los posibles riesgos y secuelas antes de operarse, no les dejan quedarse con una copia de los consentimientos informados que firman antes de entrar en el quirófano y ponerse en manos de estos profesionales, por lo que denunciar acaba siendo muy difícil. También hay un gran corporativismo y los doctores de la sanidad pública no quieren acabar con los negocios de sus compañeros.
Unas críticas que también ha puesto de manifiesto la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que acaba de realizar un estudio valorando 30 de estas clínicas de distintos lugares de España. La conclusión es que, al menos, 29 de ellas no informan correctamente de los posibles efectos colaterales permanentes derivados de estas operaciones, no se hace una evaluación médica de los pacientes en profundidad y utilizan publicidad engañosa. Un informe que ya han trasladado al Ministerio de Sanidad y Consumo exigiendo más controles y regulación.