Pese a la inestimable labor de los bomberos, el fuego de Portugal aún no está controlado
Los bomberos tratan de controlar las llamas, que avanzan rápidamente hacia ellos. En cuestión de segundos, el humo nos impide ver.
El fuego se ha descontrolado y avanza con fuerza por toda la zona, donde ya se han desalojado once aldeas. Lo dejan todo, sin saber si a la vuelta estarán sus cosas. Por eso, algunos se niegan a abandonar sus casas.
Mientras, más de 2000 efectivos hacen un esfuerzo sobrehumano por sofocar las llamas. Junto a ellos, en primera línea, más de 100 militares españoles se enfrentan directamente al fuego.
Desde el aire, seis aviones del ejército sobrevuelan a ras el bosque para asegurarse de que el agua llega hasta los focos.
Y así desde hace 3 días, en unas condiciones durísimas, a más de 45 grados. Un trabajo titánico. Apenas hay tiempo para dormir, por eso no sorprenden las imágenes de los bomberos y voluntarios descansando donde pueden, en el suelo, en los camiones...
El incendio deja más de 30.000 hectáreas calcinadas y 64 muertos, entre ellos un bombero que perdió la vida al intentar sacar a una familia de un coche en llamas en la carretera de la muerte.