Óscar del Castillo saltó al ruedo con una tarjeta roja y un silbato como acción antitaurina. Fue retenido de inmediato por un agente de la policía local, al que terminan acompañando otros cuatro agentes, y se lo llevan fuera de la arena entre los insultos de los asistentes. Lo que pasó a continuación, que sólo podemos ver parcialmente pero oír perfectamente, es una escandalosa sarta de insultos y amenazas: una cámara oculta lo registró todo.