Así se resolvió el caso del 'asesino de la baraja': se entregó revelando un dato que solo él podía saber
El asesino de la baraja ejecutaba a sus víctimas aparentemente sin ningún motivo
Tras varios asesinatos, él mismo se entregó ante las autoridades
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Se le apodó el 'asesino de la baraja' porque en la escena de sus crímenes dejaba un naipe junto a los cuerpos. Se llegó a detener a un sospechoso pero fue él mismo quien se entregó a las autoridades tras perpetrar sus crímenes.
El llamado 'asesino de la baraja' ejecutó a su primera víctima a bocajarro, era el portero de una finca y estaba con su hijo, de tan solo dos años.
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Poco después, mató a un chico que esperaba en una marquesina del autobús y al lado de su cuerpo dejó una carta, con lo que empezó a denominarse 'el asesino del naipe'.
No fue su único crimen y es que en un bar, mató a un chico e intentó hacer lo mismo con su madre, que se salvó simulando que estaba muerta.
El testimonio de un falso sospechoso de ser el 'asesino de la baraja'
Tras estos crímenes se detuvo a un joven que, sin embargo, luego fue puesto en libertad: "Yo no le encontraba explicación, pensaba que se habían equivocado, que era una confusión, que se iba a aclarar todo rápidamente y que iba a salir ese mismo día en libertad".
El asesino actuó días después, el 8 de marzo, cuando intentó ejecutar a dos jóvenes. Él recibió un tiro en la mandíbula, pero ella salió ilesa gracias a que se le encasquilla el arma. En el escenario de ese crimen se encontró una pista clave, un casquillo de bala utilizada en la antigua Yugoslavia.
Tras su siguiente crimen, en el que mató a un matrimonio, las autoridades empezaron a estrechar el círculo a raíz de esta pista y al retrato que se pudo hacer gracias al testimonio de los supervivientes.
Sin embargo, de repente se produjo el silencio, no volvió a haber noticias de este asesino y acabó entregándose él mismo ante las autoridades en Puertollano. Entró diciendo que era el asesino de la baraja y lo demostró revelando un detalle que sólo él podía conocer: el punto azul que dibujaba tras cada carta que dejaba en el lugar de sus crímenes.