Castle y Beckett buscan a un asesino con lencería fina

Beau Randolf, el creador de una serie de vídeos para adultos titulados 'Las chicas se vuelven locas', aparece asesinado. Castle y Beckett comienzan a investigar y descubren que el caso es más complejo de lo que parece ya que hay un buen número de maridos, padres y chicas de instituto que tienen motivos para haber cometido el crimen.

Tras hablar con varios familiares, descubren que Randolf quería separarse de su pareja, pero tras el interrogatorio no tienen la certeza de que ella haya cometido el crimen. El siguiente paso es inspeccionar la oficina de la víctima y descubren que alguien entró con su tarjeta después del asesinato. ¿Cómo saber quién fue? Atención a lo que grabó la cámara de seguridad.

Ella asegura que entró para destruir una tarjeta SD que comprometía a la víctima y pone al escritor y a la detective tras la pista de un empresario que agredió a Randolf la semana pasada. Más sospechosos y ninguna pista, hasta que al final a Castle se le enciende la bombilla y descubre al asesino con una de sus geniales teorías.