Javier Expósito deja de ser el compañero tímido del Departamento de Policía de Nueva York y se convierte en el héroe del nuevo caso de Castle, en el que una disc-jockey de éxito aparece asesinada cerca de un contenedor de basura. Durante las primeras impresiones en el lugar en el que aparece el cadáver de la Dj, algo le suena raro a Richard Castle.
Tras la autopsia y los primeros interrogatorios, todas las pistas conducen a Joey, un chaval huérfano de 14 años con graves problemas de conducta. Joey, que no para de vacilar a Beckett, encubre al sospechoso del asesinato y va a ser enviado de nuevo al reformatorio, pero el agente Expósito se ofrece para cuidar del chico y habla con él, al estilo ‘Hermano Mayor’
Tras hacerle recapacitar, el chico confiesa quién es su padrino, un mafioso cruel que recluta a chicos problemáticos para ganar dinero con sus robos. Sin embargo, hay algo del caso que llama la atención, el mafioso no estuvo en la fiesta. La solución de este enigma la da clase en una de sus geniales teorías.