Mi primera Media de Madrid

Mónica Sanz 04/04/2017 13:19

Acabo de terminar. Reto conseguido. 21.097 metros de Madrid cortados al tráfico solo para mí... y 26.000 corredores más! Porque en esto de correr uno nunca está solo. Cada vez somos más. De ahí este blog de mis compañeros runners de informativos en el que voy a intentar explicar por qué, a pesar del frío, de haber apagado el despertador a las 7:00 un domingo y de saber que iba a sufrir como he sufrido, me he puesto las zapatillas en un día como hoy.

Porque soy masoca y llego a Atocha feliz. Porque llevo dos meses entrenando y confío en que las series y el Fartlek, que me sonaban a chino, acaben funcionando. Porque nunca he corrido una media maratón con tantas cuestas... y justo al final el maldito kilómetro 18!! Y porque todos están igual de tensos que yo. Porque dan la salida y se crea un buen rollo impresionante. Porque todos cantan, animan. Unos machacas y atletas. Otros no tanto. Entrados en kilos, entrados en años, padres y madres empujando carros y la brigada paracaidista dándolo todo y gritando. Porque todos estamos allí por algo. El que es atleta. El que no. El que ya ni se acuerda de cuándo empezó. Para combatir el estrés, para perder peso o simplemente para fijarse un reto. Porque todos creímos morir al correr el primer kilómetro. Y ninguno nos rendimos. Corrimos con pereza, con catarro, con resaca, en invierno. Y aquí estamos todos... 26.000! Y todos animándonos los unos a los otros. Y más buen rollo. Y porque están los que no corren pero madrugan para animar también. Y porque todo eso tira de mí, sin saber muy bien cómo.

Y porque descubro otro Madrid. Sin ruido, sin estrés, sin coches. Parado solo para nosotros. Y porque, a base de vencer la pereza, he aprendido a escuchar mi cuerpo. Y sé que en Valdeacederas hay que bajar el ritmo y en el kilómetro 18 también!! Y porque cuando no puedo más recurro al doping... musical... de esta lista, que tanto me ha ayudado y que también comparto.

Y por lo que siento cuando se acerca la meta. Porque, parece que no, pero acaba llegando. Y por ESA sensación. Cuando miras atrás y has corrido dos horas. Y eres una fábrica de endorfinas. Y ha llegado el momento de celebrarlo. Y has arrastrado tu cuerpo 21 kilómetros seguidos. Y porque creíste morir el primer día. Pero no te rendiste. Y piensas que eres capaz de todo.

Autora: Mónica Sanz