10 kilómetros de entrenamiento

cuatro.com 18/03/2014 00:01

¡No me siento bien necesito ejercicio! ¡Mañana tengo que salir a correr! Y de repente ha llegado mañana. Me levanto y pienso hoy voy a correr al mediodía. No como en el trabajo y a las tres corriendo. ¡Desayuno fuerte voy a correr! Una mañana de trabajo y ya son las 14.30 y pienso ¡a correr! y vuelvo a pensar “uuuufff” casi mejor bajo al comedor me alimento como una persona y me tomo un café social.

Sigo pensando, (por tercera vez ¡vaya esfuerzo!), ¡venga no seas blando y a correr! Arranco el coche voy hasta el gimnasio me cambio y otro pensamiento ¡joder a sufrir otra vez! ¿Qué estoy haciendo? Pero ya no hay vuelta atrás estoy en pantalón corto y en la calle, pienso adonde ir, el recorrido más suave posible y lo más despacio que pueda¡no quiero machacarme!

Primer kilómetro.Empiezo suavea un ritmo moderado, me duelen los gemelos y me siento algo agarrotado pero sé que es lo normal al empezar.

Segundo kilómetro. Un poco más rápido, me siguen doliendo los gemelos y rompo a sudar como un pollo. El momento en que el crono marca el minuto diez es el comienzo real de la carrera, hasta ahora ha sido un calentamiento incómodo.

Tercer kilómetro.Sigo acelerando y empiezo notar que los pasos fluyen solos, ya no me duelen los gemelos pero sudo cada vez más.

Cuarto kilómetro.¡Mejor todavía! ¡Parece que voy parado! ¡Me siento bien! Sensación de disfrute en cada paso. ¡Nacido para correr!

Quinto kilómetro. Mantengo ritmo pero ya no podría hablar, sólo respirar. Continúan las buenas sensaciones.

Sexto kilómetro. Aguanto pero noto que empiezo a sufrir, todavía es soportable. Se me cargan las piernas y de intentar hablar ni hablamos.

Séptimo kilómetro. Sigo igual que el anterior pero cada paso comienza a ser unesfuerzo. Ya no respiro, jadeo.

Octavo kilómetro. Para, sigue, para, sigue, para, sigue y no tengo muy claro cómo, pero sigo. Intento mantener la velocidad pero ya es a base de sufrimiento.

Noveno Kilómetro. Soy un autómata no controlo la zancada, es arrastrarse sin saber exactamente como, el ritmo ha bajado pero tampoco demasiado. Estoy a punto de cumplir el diez ¡Me faltan quinientos metros! y sin querer acelero.¡Ahora sí que sufro! No se sí seré capaz de llegar, ¡como que no sí ya veo el final! Y si me paro antes y ando un poco, ¡que no joder que está ahí! Entonces llego y me paro asfixiado!Agacho la cabeza, recupero la respiración y estiro de mala manera, (un gemelo si, otro no. Un cuádriceps a medias, el otro un cuarto).

Ya en la ducha recupero el pensamiento ¡Soy gilipollas! ¡Estoy loco! mientras otros siguen comiendo ¡Qué güevos hago yo aquí! Pero me cae el agua por la cabeza y empieza la sensación de satisfacción ¡Esto es la ostia! ¡Qué bien me siento ahora! ¡He vuelto a poder! ¡He vuelto a vencer el sufrimiento! ¡Me siento ligero! ¡No me ha ido tan mal! ¡El ritmo no ha sido malo! ¡Nunca aprenderé a dosificar!Pero tampoco ha sido para tanto. ¡Mañana vuelvo!

De vuelta en el trabajo me como un bocata con un café con leche y agua, mucha agua. Pero la tarde de trabajo que me queda la miro de otra manera, después del esfuerzo, lo que queda es mucho más fácil.

Y así un día sí y otro no o también ¡el día de la marmota! Y cuando no lo puedo hacer o no lo hago YA NO SOY YO.