La polémica saltaba este miércoles por la tarde cuando Patricia Sanz (@patrisanz_fer), hincha del Oviedo a juzgar por sus fotos de Twitter, advertía a la compañía Alsa de que no iba a subir a un autobús que llevara una bufanda del Sporting de Gijón como mascarón de proa. Adjuntando fotografía, la ‘viajera’ se quejaba así del forofismo del conductor del autobús y de su inclinación sportinguista.
La reacción de la compañía no se hizo esperar. Atendiendo a la nueva moda de los community manager corporativos de tirar de humor para gestionar sus crisis tuiteras, la cuenta de Alsa respondió que sacarían tarjeta amarilla al conductor y le pedirían que dejara los colores para su vehículo particular.
La polémica se desató precisamente tras esta respuesta de la empresa. ¿Hubiera reaccionado así la hincha de haber visto una bufanda del Oviedo? Y si la respuesta es que no, ¿se penaliza llevar el ‘forofismo’ al trabajo o se penaliza llevar los colores del equipo contrario? Desde este blog, más allá respetar la política de cualquier empresa, creemos que quitarle fanatismo a esto del fútbol respetando los colores de cualquier equipo, por muy rival histórico que sea, no hace daño a nadie.