El cierre: espías destructores de las reputaciones

cuatro.com 02/06/2014 01:15

Como ustedes saben muy bien, y lo comprueban diariamente, el poder de lo virtual especialmente de las redes sociales, ha alcanzado unos límites muy interesantes. Será un estudio sociológico si no lo está siendo ya. Y lo será seguro en unos años. Qué cambios está operando en la sociedad ese sistema nuevo en el que vemos cosas escritas y nos dejamos influenciar por él. Muchas de ellas son positivas y maravillosas. Pero también hay reacciones que nos dejan un poco estupefactos. Como indicando, que el inconsciente colectivo, que es lo más cercano a lo que es una mente global, indica que estamos un poco enfermos si ocurren cosas como estas.

Hace unos días, el compañero Santiago Camacho me hablaba de algo que me pareció muy interesante y que espero que podamos tocar en 'Cuarto Milenio'. En papeles desclasificados, en esos secretos que gracias a internet están volando, y se están mostrando su cara luminosa. Resulta que aparecían unos cursos para espías y era clave para destruir reputaciones el manejo de las redes sociales. Habían comprobado los especialistas en las vidas ajenas y los servicios de inteligencia que vulnerable es el ego humano y especialmente de personas populares que habían diseñado una serie de parámetros para bombardear el ego, el ánimo y destruir una persona. Se sacó la conclusión de que nos puede hacer mucho más daño algo que nos digan en la red que algo de nuestra vida real. Cosa que me parece una majadería. Esto significa hasta qué punto el ego está inflado en el tiempo en que vivimos.

No me suele importar lo que dicen de mí. Cualquier personaje que está un poco en la palestra tiene que aceptar que hablen de uno. Pero me ha sorprendido mucho que personas de alto nivel cultural les afecta muchísimo. Las hileras de insultos pueden llegar a afectar a las personas. Se ha descubierto cómo se instruían a los espías para saber dónde hacer daño. Los espías saben muy bien que lanzan esa piedra y hace un daño a esa persona enorme. Se han convertido en especialistas en cómo destruir una reputación con cosas falsas. Si uno ve las noticias, y observa lo que pasa, se queda pensando "madre mía qué sociedad". Aunque yo sé muy bien que eso no es la sociedad, porque en la calle siempre me he encontrado un afecto enorme de todo el mundo. 'Cuarto Milenio' es uno de los programas con más éxito y con comentarios más positivos.

También hay un especie de masoquismo del ser humano que hace que siempre nos quedemos con lo malo. Pobre el que no esté blindado para no verse sometido por lo que diga el entorno. El entorno se manifiesta con unas cosas terribles como este caso. En la muerte de una política en León, lo que nos encontramos son personas que justifican la muerte. ¿Bromean o lo dicen conscientemente? Si lo dicen conscientemente, ¿tenemos una sociedad con un pequeño porcentaje de psicópatas peligroso? ¿Por qué hay tanto odio y tanta frustración? Viendo estos acontecimientos, yo recordaba uno que fue la primera vez que me indicó cómo estaba el patio y que me dolió realmente. ¿De verdad hay tanta gente sumida en el odio y la frustración? Que son las dos peores cosas que le pueden pasar a un ser humano. La antítesis completa del afecto, el amor, la luz son el odio y la frustración. Aunque me dirán que eso ha pasado siempre y no hay que prohibir la red social porque es una bandera de libertad, pero con un insulto de este tipo otros también se ven influenciados.

Sabemos que las personas son muy influenciables. Nos dicen algo, y según como esté nuestro chip nos lanzamos a ello. El tema es tan apasionante que da para la reflexión, que es lo que siempre intento promover aquí. ¿Será necesario entrar a nivel penal contra personas que insultan? ¿Tiene el individuo derecho a insultar? Por tanto a ser absolutamente responsable de lo que está diciendo, incluso pagándolo. Creo que ese debate puede ser muy interesante. Lo que está claro es que las grandes iniciativas que hay en las redes se nos pasan, no tienen tanta publicidad. Hay algo en el ser humano que hace darle más importancia a lo negativo que a lo positivo. Eso nos pasa en la vida cotidiana. Nos pasa algo malo y nos lamentamos, nos pasa algo bueno y es lo normal. Lo normal es alegrarse, disfrutar y ser feliz cuando pasa algo bueno. No damos la misma importancia a la balanza.

Las redes sociales quizá solo sean el reflejo de nuestra propia humanidad. ¿Es posible que alguien desee la muerte y se ría de ella? Les prometo que vamos a saber quiénes son esos espías, qué hacían y por qué saben que nuestro ego es vulnerable. ¿Por qué solo pensamos en nosotros mismos y nos hace tanto daño que nos critiquen? El mundo ha cambiado con las redes sociales, así que habrá que hacer ese análisis, pero mientras les invito a que le den vueltas. Lo dejo ahí como un reto. Hasta dentro de siete días amigos...