Dos Evas con la autoestima por las nubes y seguras de su atractivo físico se enfrentarán entre sí y contra los elementos por el amor de un Adán de hercúleas proporciones dispuesto a darle una oportunidad al amor. Sin problemas ante el desnudo y con distintas maneras de entregarse a los juegos que les propone el Paraíso, los tres habitantes del Edén disfrutarán de la experiencia a su manera. La tentación, los celos y las mentiras actuarán de venenosas serpientes en una isla en la que los cambios de opinión están a la orden del día y donde cualquier duda puede hacer desaparecer al amor verdadero.
Ana es una joven modelo de fotografía, guapa, sensual y a la que le gusta sentirse deseada. En apariencia dulce y tímida, admite considerarse sexy y ser capaz de jugar con los hombres antes de que ellos jueguen con ella. Sin embargo, no soporta le mentira ni la infidelidad, algo que no le resulta precisamente ajeno. Su Adán se acerca confiado al Paraíso.
La tentación se acerca en forma de pelirroja. A sus 25 años, Raquel se define como una chica algo alocada y traviesa pero con un fondo dulce, a pesar de su fuerte carácter. Tras dar a sus Evas unas clases de béisbol cargadas de “intención”, enseñar a nadar a una de ellas, bailar a la luz de la luna y preparar cócteles con metáfora incluida, Adán siente que lo tiene todo en el paraíso. Pero el secreto que descubre una de las Evas provocará un estallido en el Edén que amenazará el orden establecido.