José se gana la confianza de los Suri

cuatro.com 17/05/2012 00:15

Los Navarro pisan con fuerza en Etiopía, las comparaciones con sus predecesores, los Berhanyer, son inevitables, pero todo indica a que la primera impresión es positiva: “Cuando os vi, dude de si era bueno que otros blancos nos visitaran. Los que se fueron no me gustaban, pero vosotros parecéis distintos”, asegura el jefe del consejo Suri.

El primer ritual realizado por los hombres marca la relación de los Suri con José. El baño es símbolo de unión entre hermanos, para ellos es importante pintarse unos a otros y compartir la purificación y el padre de la familia, contribuye a ello dejándose llevar. Al final es digno de vestir con sus ropas, se convierte en un Suri y como recompensa a su integración, el jefe del consejo le dejará cuidar de la mayor riqueza de la tribu, el ganado. “José te miro y veo un hombre de la tribu, estás a gusto con mi gente y siempre estás de buen humor. Eres un buen ejemplo para tu familia. Has ganado mi confianza, por eso empezarás a cuidar la mayor riqueza de un Suri, cuidarás de mi ganado”.

Sin embargo, el carácter tímido de Antonio no es entendido entre los hombres de la tribu, su pudor se traduce en desconfianza: “Pareces fuerte como un Suri, pero desconfías de mis guerreros y no pareces estar a gusto con ellos, eso no puedo permitírtelo. Aprenderás desde mañana la lucha 'donga', quiero que confíes en mis guerreros porque son tus hermanos”, dicta el consejo.

Una muestra más del machismo de la tribu, es la manera en la que recae la ira del consejo en las mujeres. El castigo es para ellas. Aunque son mejores que las anteriores, hablan demasiado. El consejo duda de que Chabeli se para para qué estña en la tribu y le lanza el primer ultimátum: “Quiero verte trabajar como una más. Si no, será mejor que te vayas”.

La culpa de comportamiento de Chabeli recae en Isa, su madre: “Una madre Suri no está todo el tiempo con sus hijos, y tú estás todo el tiempo con tu hija. Debes dejarla sola para que aprenda a sobrevivir. Si tú no eres Suri, ella no será Suri. Desde hoy tendréis que dormir separadas”. El castigo cae como un jarro de agua fría entre las mujeres, que desafían al consejo, “Ni de coña dormimos separadas”, afirman al unísono.

José manifiesta su completo acuerdo con el consejo, su alma es Suri y como tal enfatiza la necesidad de Chabeli en buscarse la vida.

La familia no se integra por igual y este podría ser el comienzo de una guerra abierta entre ellos.