Capítulo 2: “El Hambre”

cuatro.com 20/04/2012 21:32

Comienza la verdadera convivencia para las tres familias de Perdidos en la tribu. Después de largos y extenuantes viajes y de las primeras noches con sus nuevos vecinos, las tres familias se enfrentan a la primera gran dificultad: el hambre. Lo que durante los primeros días era una mera anécdota, se está convirtiendo en un problema al que hay que hacer frente con coraje y determinación. Todos son conscientes de que la dieta de las tribus no tiene nada que ver con la que acostumbran a comer en España pero si quieren sobrevivir en las mismas condiciones que ellas tendrán que dejar a un lado ciertos hábitos y prejuicios.

Además, las familias comienzan a darse cuenta de la dureza del entorno natural en el que viven las tribus y de la dificultad de asumir ciertas tradiciones tribales. Los Berhanyer viven las primeras diferencias entre Marie y el estricto jefe de la tribu, los Merino descubrirán los primeros secretos de la selva y la familia San Sebastián se enfrentará, no sin problemas, a las altísimas temperaturas de Togo y a la dificultad del trabajo duro en esas condiciones climatológicas.

En Etiopía, las primeras tradiciones que la familia Berhanyer está descubriendo de los Suri no les están dejando muy buen sabor de boca. Después de tener que dormir separados hombres y mujeres, en este capítulo los Berhanyer se enfrentan a la particular técnica de la tribu para purificar el cuerpo y el espíritu: purgarse. La tribu mezcla el café con una planta picante y luego se introduce un pequeño palo por la garganta para expulsar todo el líquido. Una costumbre que repugna desde el primer momento a toda la familia y que provocará las primeras náuseas de los Berhanyer en la tribu. Además, Marie y Liz descubren cómo se dilatan los Suri los labios para introducirse los enormes platos que a veces llevan en la boca. Por su parte, Juan Carlos y Elio acompañan a los hombres al ritual masculino de pintarse el cuerpo, unos a otros, completamente desnudos. Sin embargo, y a pesar del esfuerzo de la familia por adaptarse en los primeros días de convivencia, el carácter duro y exigente del jefe Suri y el temperamento fuerte de Marie le juegan la primera mala pasada a la francesa.

Por su parte, los Merino se enfrentan por primera vez a la dureza de la selva. Para los Shiwiar es fundamental que la familia domine y controle su hábitat natural, la selva, por lo que ya es momento de hacer las primeras expediciones, conocer a los animales con los que la tribu convive y enfrentarse a los primeros peligros de la naturaleza. Las mujeres descubren que la “chicha”, alimento esencial en la tribu y que ya han probado sin mucho éxito, se elabora masticando una planta de yuca, escupiéndola posteriormente y dejándola fermentar. Un descubrimiento nada agradable para el paladar occidental. La familia está pasando mucha hambre y los cazadores de la tribu han traído un mono que los Merino tendrán que aprender a manipular, trocear y cocinar.

En la tribu Tamberma, la familia San Sebastián comienza a sufrir el extremo y seco calor de Togo. Las temperaturas de más de 35 grados a la sombra y el árido paisaje del poblado hacen que el día a día en la tribu resulte verdaderamente complicado. Sobre todo cuando hay que ponerse a trabajar porque a pesar de no haber relojes el tiempo no da tregua alguna y hay mucho por hacer. Las mujeres tienen que recorrer un largo camino más que desapacible para recoger toda el agua posible, un bien muy preciado por la tribu y que escasea en las inmediaciones del poblado. Mientras tanto los hombres conocerán el durísimo trabajo en el campo de la tribu, una ardua tarea en la que llegan a estar horas y horas bajo el sol recogiendo un fruto que nace de la tierra seca. El cabeza de familia, Mikel, sufre su primer desvanecimiento y el curandero de la tribu se verá obligado a realizarle un ritual de sanación para que su estado de salud mejore y pueda seguir ayudando a la tribu en sus labores diarias.